miércoles, 26 de diciembre de 2007




Villarrobletanos anónimos

© 2007 Ángel Plaza Simón.
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Portada de 'La Púrpura de la Rosa' de Tomás de Torrejón y Velasco
'La Púrpura de la Rosa' (Tomás de Torrejón)
Sí a cualquier interesado por la Historia de Villarrobledo se le pregunta por los villarrobletanos más ilustres, muy seguramente se fijará en un mismo puñado de nombres: El Virrey, Graciano Atienza, Octavio Cuartero... Alguien más avisado podrá citar a personajes de enorme mérito como Tomás de Torrejón y Velasco, Alonso Ortiz o Ventura Chumillas. Para "nota" quizá sean otros como Mateo Jareño de la Parra, médico de Carlos II "El Hechizado" (que, intuimos, tuvo un enorme trabajo con semejante paciente).

Estos y otros más, recogidos en la tradición historiográfica local no fueron los únicos paisanos que pasaron a la historia. Otras personas -mucho más anónimas- dejaron constancia de su paso por este "valle de lágrimas" (muy a su pesar en bastantes ocasiones) en las fuentes más dispares y asociaron su nombre al de nuestra ciudad. A título de curiosidad, este artículo pretende dar fe de algunos de estos villarrobletanos y villarrobletanas que nos vamos encontrando en nuestras investigaciones y fueron protagonistas de la Historia menor, escondida, oculta y curiosa de nuestro País. Para posibilitar posteriores investigaciones, facilitamos las fuentes bibliográficas de donde se han extraído estos nombres.

1. ¿Corsarios villarrobletanos?

En un estudio sobre las repercusiones de la expulsión de los moriscos en el Reino de Mallorca encontramos referencias a dos villarrobletanos:

1. Juan Cocar (* Villarrobledo, hacia 1600- † ¿?).

Morisco ("cristiano de nuevo moro") y posiblemente Corsario, esclavo del Mallorquín Francisco García. Encausado cuando tenía 17 años por el Tribunal de la Inquisición de Mallorca (entre 1613 y 1620), adonde habría llegado procendente de Argel.

2. Gabriel Fel de Santiago (* Villarrobledo, hacia 1600- † ¿?).

Igual que el anterior pero esclavo de Pedro Serra. Fue encausado con dieciocho años.

Para hacernos una idea de su peripecia vital reproducimos un texto de la bibliografía de donde hemos extraido estos nombres:

"[...] La tragedia de estos españoles (fijémonos en sus nombres, apellidos y origen),(menospreciados en relación con otros colectivos, p.e. los judíos sefarditas) no puede ser mayor: expulsados de su tierra, despojados de sus bienes, desplazados al extranjero, obligados a aceptar una religión (la musulmana) que, en la mayoría de los casos, choca con la suya secular (la cristiana), y destinados a la esclavitud, pasando antes por la piratería, cuando lo propio de ellos, lo que aportaron al venir a España, era la agricultura y el artesanado. [...]"

FUENTE: GARCÍA DE LA TORRE, J. "Repercusiones, en el Reino de Mallorca, de la Expulsión de los Moriscos" en Mayurqa: revista del Departament de Ciències Històriques i Teoria de les Arts, nº 21, pp. 193- 194. Palma de Mallorca, UIB, 1987. Versión digital

2. Villarrobletanos muertos por la Epidemias de Cólera en Mocejón.

Igualmente trágica es la historia de una familia de jornaleros que estaban trabajando en Toledo, en el siglo XIX:

3. Pedro Cambronero de la Coba (* Villarrobledo, hacia 1816- † Mocejón, Toledo, 13 de julio de 1834).

Hijo de Juan Cambronero y Catalina de la Coba. Posiblemente, la epidemia le alcanzó y mató, junto a su familia, cuando estaba trabajando en tareas agrícolas en dicho pueblo toledano.

4. Juan Cambronero (* Villarrobledo, hacia 1787- † Mocejón, Toledo, 13 de julio de 1834).

Esposo de Catalina de la Coba y padre del anterior. Murió en iguales circunstancias.

5. Catalina de la Coba (* Villarrobledo, hacia 1792- † Mocejón, Toledo, 22 de julio de 1834).

Viuda de Juan Cambronero y madre de Pedro Cambronero. Igual que el anterior.

6. Alfonsa Cambronero Brazales (* Villarrobledo, ¿?- † Mocejón, Toledo, 30 de julio de 1834).

Hija de Pedro Cambronero y María Brazales, posiblemente familia de los anteriores. Ídem.

Agustín Sandoval refiere que la epidemia de 1834 apenas causó bajas en Villarrobledo, siendo más devastadoras las posteriores epidemias del cólera morbo asiático. Sin embargo, sí que hubo víctimas villarrobletanas en Mocejón; la descripción de la tragedia humana que se vivió en esa localidad es aterradora:

"[...] Amado padre, pongo en su noticia de como gracias a Dios hemos llegado sin la menor novedad a este miserable pueblo. Digo miserable, por no encontrar otra expresión más apropiada para describir la situación en que se halla. Al entrar en el pueblo salieron todos a besar los crucifijos y de rodillas llorando, que nos arrancaban el corazón. Estando en esto vino uno a mí y me dijo si hacía el favor de acercarme a ayudar a una hija suya, de cuya casa se habían sacado ya tres por la mañana y uno estaba tirado en el cuarto por no haber quien lo sacase, hasta que fuésemos el señor cura, mi compañero y yo.

Desde las cuatro que llegamos en ningún momento hemos parado de confesar y dar defunciones, en cuanto caen malos mueren sin dar más término que 24 horas el que más. Los 64 síntomas empiezan por un leve dolor de vientre, enseguida una diarrea con tal convulsión de nervios que ponen el grito en el cielo, los ojos hundidos, amoratados o casi negros y así suelen morir. Ahora son las cinco de la mañana y desde que vinimos que eran las cuatro, llevamos confesando y dando la absolución a 42 sin contar que por la mañana llevaba el señor cura otros 23, de estos los que no han muerto están agonizando. Padre, es un dolor, el pueblo está consternado, pues todavía no ha salido uno, aunque con nuestra llegada se han ensanchado los corazones de todos, sin haber que hacerse con nosotros. Considere V.C. como será esto, pues vamos por la calle y salen a veces docenas buscándonos de un modo que es un desconsuelo. Pidan V.V.C.C. a Dios por nosotros para que nada nos suceda o para que nos anime y que la alegría de su espíritu no se aparte de nosotros..... firman Fray Antonio y Fray Alejandro. [...]"


FUENTE: MARTÍN TARDÍO, J. J. Las Epidemias de Cólera del siglo XIX en Mocejón (Toledo), pp. 82-83. Toledo, Ed. Martín Tardío, 2004. Versión digital

3. Más escritores villarrobletanos.

Más amable es la siguiente referencia a un escritor jesuita, desconocido para el gran público, para añadir a la nómina de autores nacidos en la ciudad:

7. Antonio Moreno Palacios (* Villarrobledo, 19 de marzo de 1658- † Méntrida, Toledo, 7 de agosto de 1708).

Escritor jesuita. Al igual que el ya conocido Juan de Cabrera (* Villarrobledo, 31 de diciembre de 1638), aparece en la relación de escritores y fuentes bibliográficas de Faustino de Arévalo (Symbola Literaria a jesuitis hispanis olim Roma missa ad bibliothecam S. J. augendam). Posiblemente sea el autor de: MORENO PALACIOS, A. Numero de predestinados, señales de predestinacion y reprobacion. Madrid, Francisco García Fernández, 1683.

FUENTE: BARCO DEL VALLE, M. R. y SANCHO RAYÓN, J. (coord.) Ensayo de una Biblioteca Española de Libros Raros y Curiosos, Tomo I, pp. 273-274. Madrid, Ed. Rivadeneyra, 1863.

4. Un paisano envuelto en un asunto delicado.

8. Juan Collado (* Villarrobledo, hacia 1558- † ¿?).

Estudiante de la Universidad de Salamanca, de 26 años, prestó declaración ante el Tribunal de la Inquisición de Valladolid en el proceso que se siguió contra el Maestro Francisco Sánchez (apodado El Brocense) catedrático de Retórica y Griego de la Universidad, por las supuestas gravísimas injurias contra la Fe Cristiana proferidas en una lección.

FUENTE: FERNÁNDEZ NAVARRETE, M., SALVÁ, M. y SÁINZ DE BARANDA, P. Colección de Documentos Inéditos para la Historia de España, Tomo II, pp. 10-14. Madrid, Ed. Viuda de Calero, 1813.

5. Anécdota de un Maestre de Campo del Conde-Duque de Olivares.

9. ¿Nicolás? Cabeza de Baca (* Villarrobledo, ¿finales del S. XVI?- † ¿?).

Muy poco sabemos de este militar villarrobletano, aunque parece que tenía unas "salidas" muy chistosas:

"[...] Llego de Flandes a pretender en Madrid el Maestre de Campo Don N. Cabeza de Baca, natural de Villa-Robledo; favorecióle el Conde-Duque, por sus servicios, el qual le dixo un día: Cierto, que me pareciera mejor, que V. S. descansasse, apartandose de la Facultad de la Guerra, y si gusta, yo le casare con la señora Doña N. muger de gran calidad, y de muy buena cara, y crecido dote. Y no ignorándolo el Maestre de Campo, respondio a la propuesta: Señor, venero la honra, que merezco a V. Excelencia; pero mas quiero ser en Villa-Robledo Cabeza de Baca, que en la Corte Cabeza de Toro. [...]"

FUENTE: FERNÁNDEZ DE VELASCO Y PIMENTEL, B. Deleyte de la Discreción y Facil Escuela de la Agudeza., pp. 167-168. Madrid, Imp. Real de la Gaceta, 1764.

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